Loque podemos poner de nuestra parte es un deseo, siempre renovado, de vivir muy unidos al Señor. «Andar por la vida como apóstoles: con luz de Dios, con sal de Dios. Sin miedo, con naturalidad, pero con tal vida interior, con tal unión con el Señor, que alumbremos, que evitemos la corrupción y las sombras» [10].
hWH2D. 5 327 186 185 375 98 249 54 290